Bvlgari Omnia Indian Garnet

Bvlgari Omnia Indian Garnet

Omnia Indian Garnet, creación de Bvlgari y Alberto Morillas en torno al extraordinario granate mandarina, invita a adentrarse en un exuberante viaje olfativo al espíritu del eterno hechizo de la India.

Ingredientes excepcionales de la alta perfumería que embelesan con la fuerza de su preciosa alquimia: en el corazón de Omnia Indian Garnet late la tuberosa de la india, flor del deseo y de la sensualidad, junto al osmanthus, ese numen chino esquivo como ninguno.

El último perfume joya de la colección Omnia es un tributo actual a la imponente belleza de una región convertida en fuente de inspiración vista a través de un caleidoscopio de colores, texturas y aromas, que se abandona sin mesura al placer de las fragancias y las piedras preciosas.

EN CUERPO Y ALMA…
Desde hace más de cinco mil años, la India y perfume —esa música que nace del interior del cuerpo— forman un todo indisoluble. Ambas, escalones que conducen a los dioses y temidas armas de seducción, encarnan todas las cualidades del alma y el placer de los sentidos. Su condición de fragancias las hace inseparables de la vida, ya sea secular o sagrada. Kámadeva, dios del amor del panteón hindú, aparece pertrechado con un arco y cinco flechas coronadas cada una con una flor. «Gandhakuti», la palabra que designa los templos posee, asimismo, el significado de ‘perfumería’.

Digno de la misma consideración que la joyería, el arte de la perfumería alcanzó cotas desconocidas con el Imperio mogol y los marajás.

EL PODER DE LA FEMINIDAD
En la India, la feminidad es un universo de metamorfosis constante encarnado en Laksmí, diosa hindú de incontables formas e identidades, símbolo de la independencia y de la gran fuerza de la mujer en el plano terrenal y más allá. Una meseta de Venus lleva su nombre en honor a ella.

La mujer Omnia Indian Garnet personifica en su esencia esta cultura excepcional, crisol perfecto del espacio, del tiempo y de las culturas.

UN TALISMÁN PERFUMADO
Tras la amatista, el coral y el cristal de roca, llega el turno de otra gema excepcional: el granate mandarina, transformado ahora en tema central de un nuevo poema olfativo, Omnia Indian Garnet.

Más allá de esas cuatro piedras preciosas, el idilio entre Bulgari y las gemas exquisitas se remonta a la dolce vita, época marcada por las extravagancia en la que el ideal hollywoodiense de la feminidad irrumpió en escena en Technicolor.

Los joyeros romanos de Bulgari encumbraron las piedras que escogían por su espectacularidad cromática y, como hasta entonces nunca habían sido utilizadas en la alta joyería, la casa se labró un nombre como maestro del color. Dio vida a profusión de combinaciones —facetadas, talladas o en cabujón— en atrevidas e inusuales yuxtaposiciones. Aquel virtuosismo sumado a su lujoso inconformismo sedujo a las estrellas del celuloide, que reinaban soberanas en el mundo.

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Chino